Discurso del Orador en la Ceremonia de Encendido de Luces de la nueva Logia "Rosa Guarú nº 1.968" Al Or.·. de Corrientes (Argentina)
15 de diciembre 2.012 (E.·.V.·.)
VV MM, Queridas
Hermanas y Queridos Hermanos:
En la gran variedad de la naturaleza,
los humanos ocupamos un lugar privilegiado. Es que en verdad somos
privilegiados. No nos falta nada. Somos portadores de defectos y vicios, pero al
mismo tiempo deseamos las virtudes. Esto nos permite soñar, tener ideales,
buscar la verdad, luchar por el progreso.
Los que antes transitamos otros
caminos masónicos hemos incorporado el discurso de pertenecer a una institución
iniciática, filosófica, filantrópica y progresista. También se nos ha dicho
hasta el cansancio que somos libres pensadores.
En virtud de todo ello, a quienes
decidimos unirnos para fundar esta Logia nos surgieron preguntas:
¿Puede ser progresista una
Institución excluyente?
¿Puede vedarse el acceso – sin
fundamentos serios - a la mitad imprescindible para la vida, para la
construcción cotidiana, para la misma preservación de la especie?
Las respuestas las encontramos en la
Orden Masónica Mixta Internacional “El Derecho Humano”, cuyas puertas golpeamos
solicitando nuestra admisión. Con la aceptación, nuestros ideales de trabajo
conjunto sin distinción de género están cumplidos. Y damos gracias por ello.
El nombre “Rosa Guarú” irrumpió casi espontáneamente en la
cabeza de un miembro fundador aquí presente. Y no hubo reparos. ¿Cómo objetar
el nombre de aquella mujer correntina, aborigen, sencilla, de valores profundos
y que para algunos el destino quiso darle -nada más y nada menos- la función
única, reservada y atribuida por la propia naturaleza en forma exclusiva al
género femenino?. Según algunos historiadores fue ella la madre de José
Francisco de San Martín!!! Otros le atribuyen la calidad de nodriza. La versión
oficial más aceptada cuenta que fue su niñera. Lo que no se puede negar en
cualquier caso es el fuerte vínculo que la unió a nuestro máximo prócer.
La historia muchas veces tiene el
sabor de la injusticia. A Rosa Guarú no le reservó el recuerdo que merece.
Los fundadores de esta Logia no
estamos empeñados en reparar aquello que nos excede. Pero sí deseamos que este
nombre elegido nos provea simbólicamente de la fuerza necesaria para trabajar y
crecer.
Que el nombre de aquella mujer
humilde ilumine silenciosamente el camino de esta Logia.
La perfección y la verdad son
solamente una búsqueda. Sabemos con toda claridad que son inalcanzables. Sin
embargo, como todo ideal, las Hermanas y Hermanos que conformamos esta Logia
vamos por ellas.
Héctor Leopoldo Bonifato
Orador
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